Hola! Soy

MARTA

Soy la quinta generación de mujeres médium e intuitivas que se reunían alrededor de una mesa para honrar su luz y ayudar a los demás.

Para mí siempre ha sido normal reunirme con las mujeres de mi familia, encender una vela y canalizar lo que se revelaba en el momento.

Ahora reconozco este sostén y honro mi linaje materno.

Soy lo que soy hoy, gracias a todas ellas.

Siempre he sido una niña muy sensible y conectada a las emociones ajenas, muy creativa. Siempre me sentía fuera de lugar, creé una “coraza” para no sentirme rara y, así, poder adaptarme a lo que me rodeaba. Creía que lo percibía era totalmente exagerado y no le daba importancia.

Con 21 años decidí dejar una carrera y un trabajo fijo en un banco, y empezar de cero en otro sector que siempre me había llamado: creatividad. No sabía cómo iba a hacerlo, pero tenía la certeza de que iría bien. 

Cinco años después, me ocurrió algo similar. Al terminar la universidad y ya con un trabajo estable, vi que no era feliz, me sentía atrapada y cada día era el mismo. Decidí soltar e irme a vivir fuera. Ni idea de lo que hacía, pero estaba segura de que era el camino.

Había algo en mí que me daba la paz y la fuerza para seguir adelante.

Guess what? Cinco años más tarde, sentí que tenía que parar de nuevo: trabajaba en una empresa y veía que todo se volvía a repetir y fue too much. No podía ser, ¿otra vez? El ahogo era real, empecé a tener ataques de ansiedad y decidí ponerme en manos de profesionales. 

¿Cada cinco años? ¿hola? Me iba a volver loca.

Después de un año y colocando todas las piezas para poder irme y soltar de nuevo, la vida me puso en las dos caras: la vida y la muerte. Fuí madre por primera vez y perdí a mi abuelo del alma. El meu avi. 

Presenciar y ver cómo su alma dejaba la materia fue una experiencia que me cambió. Ahí entendí que las intuiciones y las visiones que tenía desde siempre eran reales. Se empezaron a colocar muchas piezas.

Terminé de despertar cuando estaba pariendo a mi segunda hija, mientras me estaba abriendo en canal, sabía con certeza que mi abuelo estaba conmigo, lo sabía. Oler su colonia y notar su cálido abrazo fue el punto de inflexión.

Ese día di a luz en muchos sentidos.

En 2021, después de ser madre por segunda vez, sentía que no levantaba cabeza. Estaba apagada, sin motivación, agotada física y mentalmente. No podía más, sentía que todo me venía muy grande. Ya no era la Marta que solía ser, nada me conectaba.

No pude más y corté por lo sano, literal. Me corté mi pelo la modo de liberación y dejé mi trabajo. Nada me pertenecía, ni siquiera yo misma. Una sensación de querer chillar y no poder.

Solo tenía claro que debía de soltar todo porque sabía que era el momento de abrirme, y ya. Una vez más tenía la certeza de que estaba haciendo lo correcto, aunque no sabía cómo iba a suceder todo lo demás. Me daba igual, solo quería deshacerme de ese peso tan grande en mi. Era casi un instinto animal de supervivencia.

En EL podcast, lancé un episodio donde te cuento mi historia al detalle, por qué me dedico a canalizar y conectar con los guías espirituales. 

Confiar en mi intuición ha sido lo mejor que me ha ocurrido.

Ahora sé que tenía que ser madre para honrarme y salir del armario espiritual. Esto es lo que la vida lleva queriendo que haga, desde hace mucho tiempo.

I’m here for THAT.

Por eso tuve que soltar y vaciarme tanto, aunque nadie de mi alrededor lo entendiera. 

A mis 37 años me siento mucho mejor que hace 10 años, me veo y me siento bien en mi cuerpo porque le estoy diciendo

SÍ A LA VIDA

Me abro a todo lo que me enciende y me emociona. Me permito Ser lo que he venido a SER, a disfrutar, a bailarme y a dármelo todo.

Soy canalizadora y me encanta acompañar y transmitir los mensajes que se me revelan. Te activo a través de mi voz para que te atrevas a soltar LO QUE YA NO ES, a atreverte a ser quién realmente has venido a Ser.